martes, 28 de agosto de 2007

De Manolete, iniciativas de ley, medios públicos y de por qué somos como somos


Primera de tres partes

Por EFG

Leyendo La Jornada de hoy lunes 27 de agosto descubro
(entre algunas notas que llaman mi atención como que
el rector De la Fuente arremetió de nuevo contra el
gobierno mexicano reclamando que no exista una
estrategia educativa a largo plazo, que los Kenianos
nos la volvieron a hacer con el 1-2 en hombres y
mujeres en el maratón de la Ciudad de México, que los
Pumas perdieron con los rallados –llegando a 13
partidos sin ganar- pero que les queda de consuelo que
los del Puebla están peor y juegan contra ellos la
próxima semana, que mañana martes se cumplen 60 años
de la muerte del gran Manolete –ahora ya a toros nos
interesan los toros, je-, que los gringos siguen
intensificando las medidas contra los inmigrantes y
que Fidel Castro sigue vivo) una pequeña nota, de esas
escurridizas, en la sección de La capital que dice:

“…la Coalición Socialdemócrata en la Asamblea
Legislativa presentó ayer tres iniciativas de ley
tendientes a regular la actividad de los medios de
comunicación en el Distrito Federal. A través de
dichas iniciativas pretenden crear el Instituto de
Radio, Televisión y Tecnología Multimedia; el
Instituto Metropolitano de Investigaciones
Sociológicas y de Opinión Pública y el Centro de
Divulgación de Información de Interés Público. En el
primero se incluirá el proyecto de canal de televisión
de la ciudad y la instalación de unidades
especializadas en las 16 delegaciones para ‘brindar
equidad a la población en cuanto al acceso a los
medios de comunicación’. El segundo instituto se
abocaría a la realización de sondeos y encuestas entre
la población de la ciudad y de la zona metropolitana
que ayuden a la ‘medición de las prioridades de la
gente’ y a la definición de políticas públicas de
acción. El Centro de Divulgación tendrá como intención
difundir de forma adecuada entre los ciudadanos, los
servicios a los que tienen derecho y cómo pueden
beneficiarse de mejor manera de las iniciativas de ley
que han sido aprobadas por los diputados”
Fin de la
nota.

Termino de leer la nota y reflexiono sobre la lectura
selectiva que todos practicamos al momento de leer un
periódico, en otra época de mi vida quizá habría
dejado pasar sin leer la nota que he transcrito, hoy
no.

Resulta que más allá de la posibilidad de que se
apruebe en la Asamblea esta propuesta de la
chiquillada –como comúnmente se les llama a los
partidos pequeños, en este caso el PAS el PT y
Convergencia quienes conforman la llamada Coalición
Socialdemócrata-, engrosar la burocracia seguro no
será bien visto por muchos, lo importante es que el
tema de los medios públicos se está discutiendo, quizá
no aún en los grandes círculos de la Opinión Pública,
pero sí cada vez más en mayor número de espacios, en
nuestro Seminario por ejemplo, …‘brindar equidad a la
población en cuanto al acceso a los medios de
comunicación’, …‘medir las prioridades de la gente…
son frases que entrecomillé en la nota porque creo
que se escriben fácil en una iniciativa de ley pero en
Once TV ya tenemos puesto encima el reto, conocer a
nuestra audiencia, saberla escuchar, a eso nos
referimos cuando hablamos de darles acceso a los
medios facilitando la expresión de sus deseos,
intereses y necesidades, esa es la vocación de un
medio que pretende ser público, no sólo porque es
pagado con el dinero público sino porque sirve y
refleja precisamente al público.

Y retomo en este punto el tema que nació con el “Aquí
nos tocó vivir” de Alejandro y que con un tono más
profundo aunque lacónico el buen Emmanuel se ha
encargado de continuar: Doctor, mi país está enfermo
–dice Emmanuel- y sí, se trata de una enfermedad
diagnosticada desde hace ya mucho tiempo ¿por qué
somos como somos los mexicanos? –vaya embrollo, la
pregunta del millón-.

Filósofos, sociólogos, historiadores, poetas, eruditos
y millones de gentes de a pie nos hemos hecho esa
pregunta en algún momento de nuestra mexicanesca vida
¿por qué chingados somos así? En 1934 Samuel Ramos en
su ya clásico “El perfil del hombre y la cultura en
México” citaba a Platón cuando dice que el Estado es
una imagen agrandada del individuo, refiriéndose con
esa cita a que el mexicano se comporta en su mundo
privado lo mismo que en la vida pública. Han pasado
más de 70 años de aquel ensayo de Samuel Ramos –breve
tiempo si lo consideramos en la escala colectiva- y
las tesis ahí vertidas continúan resonando.

De acuerdo con el maestro Ramos no es nada halagador
el carácter que identifica al mexicano aunque reconoce
que es un alivio saber que se puede cambiar dicho
carácter como se cambia de traje, pues tal carácter es
prestado y lo llevamos como un disfraz para disimular
nuestro ser auténtico del cual no tenemos porqué
avergonzarnos.

Ramos se refiere –para explicar el carácter del
mexicano- al sentido de inferioridad de nuestra raza.
Argumenta que en aquellas personas que manifiestan una
exagerada preocupación por afirmar su personalidad,
que se interesan por todas las cosas o situaciones que
significan poder y que tienen un afán inmoderado de
predominar y de ser en todo los primeros, debe
suponerse que existe un complejo de inferioridad. Y
sí, tal y como aparece el sentimiento de inferioridad
en el niño al darse cuenta de lo insignificante de su
fuerza en comparación con la de sus padres, lo mismo
le pasó a México primero con la conquista, el
mestizaje y finalmente al independizarse. Esta
historia continuará…

jueves, 2 de agosto de 2007

El patrocinio no es competencia desleal




Isabel Uribe / Héctor Villarreal


¿Cuál es la función de los medios públicos?
Deben ser espacios naturales para el ejercicio de la libertad de expresión y para el fomento de la participación informada de los ciudadanos en el debate público. Tienen también objetivos muy importantes en relación con el apoyo a la educación, la promoción de la cultura y la preservación de la identidad de un país. Sin embargo, a cada contexto sociopolítico corresponden funciones con matices distintos. En México destaca la necesidad de que constituyan una oferta de comunicación alternativa y complementaria al predominante modelo comercial.

¿Cómo debe ser diferente?


Primero, hay que entender muy bien a quién se dirigen. Existen, por ejemplo, demandas de comunicación muy claras de sectores de la sociedad que no necesariamente son mayoritarios, pero que sí requieren disponer de canales de expresión, de infraestructura, servicios y experiencia en el manejo de los medios para atender esas necesidades concretas, las cuales no podrán ser resueltas nunca por un modelo de comunicación que funciona con propósitos fundamentalmente mercantiles.

Los medios públicos deben contribuir a preservar, fomentar y ejercer las diversas expresiones culturales que conviven en nuestro entorno nacional, las maneras de ser y los valores propios de la sociedad, pues para un país es central estar en contacto permanente con su propia historia.

La oferta de comunicación con fines de lucro se ocupa principalmente de incrementar y asegurar el rating. Los medios públicos deben proponerse, en cambio, la aspiración ética de ser reflejo de una sociedad plural y diversa, que ya decidirá si elige sus contenidos o no, pero que tiene derecho a disponer de esa posibilidad.

Otra función es la de acompañar la instrumentación de políticas públicas, aportando los contextos, las opiniones y el debate en torno de los problemas del país y las soluciones que se proponen para que éstas sean mejor comprendidas. Nunca como instrumentos de publicidad o de propaganda de las acciones de gobierno, ni de los intereses políticos o electorales de funcionarios o de partidos, pero sí mediante la aportación de elementos para enriquecer el debate, sustentar mejor las decisiones públicas y promover la eficacia a esas políticas y acciones.

Algo muy importante es la oferta periodística, en tanto que sigue haciendo falta una cobertura informativa de referencia que acompañe y favorezca el proceso de consolidación de una cultura democrática en el país. Las empresas de radio, televisión y prensa imprimen de manera natural sus propios sesgos a la cobertura periodística que ofrecen, porque responden ­por cierto, sin violar ninguna ley­ a sus propios intereses. Si bien no hay objetividades absolutas en el periodismo, una aspiración ética, particularmente desde los medios públicos, tiene que ser la de ofrecer periodismo profesional y libre de compromisos, autónomo, y capaz de responder únicamente al interés público, mirando a los radioescuchas como ciudadanos y no como consumidores.

¿Cuáles serían las características que los medios públicos tendrían que retomar de los comerciales?


Hay que superar la vieja idea de que el modelo de comunicación de servicio público es antagónico al modelo comercial, no tienen que ser modelos en conflicto, ni siquiera tendrían que estar contrapuestos. El fortalecimiento de una oferta de carácter público no tiene que implicar el deterioro de la industria comercial. Al contrario, estoy seguro que tendría como efecto una mejor calidad de los contenidos de ambos modelos.

El rating, por cierto, es algo que también importa en los medios públicos, pero no como fin último, sino como instrumento para cumplir con su función social; no sólo importa tener a más gente atendiendo a nuestras emisiones, sino que les podamos ofrecer algo con calidad y relevancia.

Los medios públicos deben apostar fuerte también a la calidad y a la innovación. La radio pública no debe ser de ningún modo aburrida ni estática, tiene que ser una radio agresiva en la búsqueda de más audiencias.

Es difícil suponer que de la noche a la mañana la sociedad va a exigir airadamente la existencia de más medios públicos si no le mostramos y la convencemos de la importancia y el valor de lo que puede ofrecer este modelo de comunicación. Me parece que actualmente existe muy poco conocimiento de eso y en general del concepto de medios públicos, creo que debemos delimitar mejor nuestros rasgos de identidad y promoverlos más.

¿A qué te refieres cuando dices que México debe encontrar su propio modelo de medios públicos?


Los llamados medios públicos en México fueron percibidos como instrumentos de comunicación política del régimen ­y de hecho lo fueron­ pero eso ha cambiado junto con el país. Se ha intentado perfilarlos más como los modelos de medios realmente públicos que existen en democracias más consolidadas. Es común que se aluda a los modelos y las instituciones que existen de otros países, lo cual está bien para aprender de aquella experiencia y recoger lo que puede servirnos, lo que no me parece posible ni deseable es imitar en México esos modelos, pues nuestra realidad y nuestra historia son muy diferentes y debemos crear el nuestro.

¿Habría que plantear este modelo en una nueva ley?


Sí, pero antes habrá que ponernos de acuerdo en qué queremos hacer. Fortalecer el modelo mexicano de comunicación de servicio público implica invertir en ello capital económico y político. Habrá que discutir, por ejemplo, si queremos que responda a las múltiples realidades locales o que constituya una visión homogénea que llegue a todo el territorio, en fin, habrá que establecer y lograr consensos, primero en torno a la orientación de la política pública que luego tomará forma en nuevas reglas del juego.

¿Qué tan viable ves el consenso en una propuesta?


Depende del interés y de la voluntad política que realmente exista. Debemos superar la polarización extrema del debate en materia de radiodifusión. Se requiere dialogar y eludir los extremos. No es imposible, pero es obvio que sí será difícil.


¿Cuál sería el papel del gobierno?


Central, pero no se puede esperar que la solución venga solamente del gobierno, es un proceso de responsabilidad compartida. Lo que el gobierno tiene que asumir es la decisión de fortalecer su estructura, a sus medios de comunicación pública, y debe favorecer que ese consenso se dé.

Por otro lado, el gobierno tiene que establecer su agenda y sus prioridades de acuerdo con una perspectiva integral del país y no me parece que se avance mucho abriendo demasiados frentes al mismo tiempo, sobre todo en un entorno político como el nuestro, que de pronto se vuelve tan poco estable.

¿Cómo debe ser su financiamiento?


En el Imer, 70% de su presupuesto corresponde a transferencias fiscales. El resto, son recursos autogenerados, bajo un esquema en el que tenemos estaciones permisionadas y concesionadas. Necesitamos diversificar las formas de financiamiento, para que no dependan los medios públicos sólo ­o tanto­ del presupuesto federal. Eso es necesario para promover mayor independencia y autonomía de gestión.

¿Son posibles otras fuentes de financiamiento?


Nosotros captamos recursos mediante la venta de publicidad y algunos patrocinios, porque la ley nos lo permite. Vendemos también servicios de producción radiofónica a clientes de la iniciativa privada y del sector público. Pero necesitamos reglas más claras, distintas a las que rigen la comercialización en los medios con fines de lucro, pero que nos permitan incrementar y diversificar nuestros ingresos. Debemos, por ejemplo, definir mejor los alcances de la figura del patrocinio.

¿No deben comercializar parte de su tiempo aire?


Pienso que no hay que disputar necesariamente el mismo spot o la misma campaña publicitaria. Los medios públicos y privados responden a naturalezas distintas. Y debemos buscar recursos bajo reglas también distintas.

Debemos convencer al anunciante de invertir en los medios públicos, para tener una presencia diferente. Creo, por ejemplo, que además de buscar la inversión de las instituciones públicas, existe una gran oportunidad de captar recursos del sector privado, sin confundirnos con lo que hacen los medios privados. Entonces, sí debemos competir por los mismos recursos, pero creo que bajo reglas distintas y con propósitos también diferentes.

Algunos medios comerciales siguen aludiendo a una supuesta competencia desleal, lo cual será más falso, en la medida en la que las reglas sean más claras, pero sin duda habrá resistencias como esas que vencer. Los radiodifusores privados deberían comprender que su participación sería importante en la ruta de crear un modelo mejor y más consistente de medios de servicio público.

¿Qué opinas de la propuesta de ley elaborada por el despacho Zambrano y Madrazo a petición de la Red de Medios Públicos?
Creo que tiene muchos flancos débiles, pero hace un recuento de temas y de propuestas que se suman de manera útil a lo que podría estar en el punto de partida de la discusión. Tiene la virtud de ser un reflejo de la inquietud que existe en el país por fortalecer un modelo de radiodifusión de servicio público.

Reportera.

Director del Instituto Mexicano de la Radio.